mércores, 26 de marzo de 2014

Rafa Nadal no se asusta con nada (Paula Alvarez)

                                     

           

La noche empieza con una amenaza de bomba y acaba con una auténtica explosión, esta tenística. Antes de que Rafael Nadal gane 6-2 y 6-2 a Fabio Fognini (al español le espera Raonic en cuartos), los dos tenistas reciben la orden de esperar en el vestuario porque la policía antiexplosivos investiga una mochila que ha aparecido misteriosamente abandonada en las instalaciones. Cuando todo queda en un susto, Nadal revienta el partido a pelotazos. Por tercer partido seguido, el campeón de 13 grandes rompe de entrada el saque de su rival. Entonces, a Fognini le estalla el partido en las manos. El número uno gana en blanco todos sus juegos al saque de la primera manga, se apunta 18 de los primeros 23 puntos y jamás siente la presión del número 14, que compite con la pierna derecha aparatosamente vendada, con aparentes problemas en la espalda y acogotado por la ventolera que asalta el cemento. Nadal, además, persigue cada punto como si de ello dependiera la supervivencia del mundo.



 

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